lunes, 20 de junio de 2011

De IU, pinzas, pactos y castigos electorales

No he parado de leer en estos días comentarios de intelectuales, tuiteros, periodistas y tertulianos simpatizantes del PSOE, que acaso hayan votado alguna vez a IU, criticando a la coalición por abstenerse en Extremadura (que no pactar) y permitir así un gobierno (¡en minoría!) del PP. Unos y otros advierten a IU que así se va a suicidar, que terminará pagando, que recurriendo de nuevo a la pinza con el PP el electorado progresista volverá a pasarle factura por su apoyo a la derecha.

Esta opinión, al menos en lo que tiene de advertencia electoral, no tiene correlato con la realidad. No es ya que se pase por el arco del triunfo la decisión de las asambleas extremeñas, que a mi juicio, en una coalición federal, debieran ser soberanas. Tampoco me refiero al cinismo absoluto que muestran aquellos que censuran a IU mientras gobiernan con el PP en Euskadi, con los ultracatólicos de UPN en Navarra y con el apoyo de la derecha catalana una vez y otra. El problema de sus críticas es que no toman en cuenta los hechos empíricos de los resultados electorales.

Estos son, y demuestran, para irritación o indiferencia suya, que IU ha pagado siempre electoralmente mucho más caro cualquier aproximación al PSOE que sus presuntos auxilios al PP.

- La supuesta pinza surgió en Andalucía, en las elecciones en que el PSOE perdió la mayoría absoluta y el tándem Luis Carlos Rejón y Javier Arenas obstruyó la acción gubernamental. Esto ocurrió en una legislatura corta, de 1994 a 1996. Pues bien, en las elecciones del 96, cuando el electorado andaluz le pasó factura por su acercamiento al PP de Arenas, IU perdió concretamente 86.320 votos, aproximadamente el 12% de los apoyos que había logrado en 1994.

- Estos eran los años también de la supuesta pinza de Aznar y Anguita contra el gobierno de Felipe González. En este caso, la legislatura también fue corta, de 1993 a 1996. Cuál fue el resultado de IU tras ese período: pasó de 2.253.722 votos en el 93 (18 diputados) a 2.639.774 votos (21 diputados). ¡Creció 386.052 votos, aproximadamente el 13%!

- La legislatura siguiente, en la que gobernó Aznar en minoría, se completó y hubo elecciones en el año 2000. A ellas se presentaron IU y PSOE de la mano, adelantando sus respectivos líderes, los celebérrimos Francisco Frutos y Joaquín Almunia, que pactarían en caso de que el PP no lograse la mayoría absoluta. Pues bien: IU perdió nada menos que 1.376.731 votos, es decir, prácticamente el 50% de los apoyos que había logrado en los tiempos del malvado Anguita de la pinza. (Coda: parece que nada supuso eso para Frutos, que pontificaba y condenaba sin asumir responsabilidades, como también pontifica ahora desde Bruselas ese perdedor llamado Almunia)

- Hay todavía más. El último episodio de apoyo electoral de IU al PSOE fue durante la última legislatura, del 2004 al 2008, cuando gobernó ZP en minoría. ¿Cuál fue el resultado para IU? Una sangría de 315.054 votos, aproximadamente el 26% de sus apoyos.

Conclusión: si se trata de minimizar el impacto electoral de la decisión en Extremadura, IU ha procedido correctamente, pues de haber apoyado al PSOE hubiesen terminado por perder entre el 35 y el 50% de sus votos actuales. Otra cosa, claro, es que se vote al PSOE y cabree eso de que te quiten, tras 30 años de hegemonía, el gobierno de una comunidad. Eso es totalmente comprensible. Pero si pierden el gobierno extremeño, como admite el propio Fernández Vara, y si terminan perdiendo toda España, no será por otra cosa que por sus obstinados errores.